El destacado personero cedió ante el cáncer de páncreas, no sin antes habernos dejado su amor por los caballos, su dedicación por la crianza, llevando a la cúspide a su criadero de la mano del potro Southern Halo y su gestión directiva, transformándose en uno de los íconos del turf del sur del mundo.
Víctima de una enfermedad que no logró superar, falleció en la tarde del miércoles en Buenos Aires el criador de haras La Quebrada, Hernán Ceriani, personero que siempre destacó por ser un gran directivo. Siempre se le recordará por el gran apoyo brindado a cada versión de las 2Carreras de las Estrellas, peculiar Breeders` Cup en Buenos Aires.
Un resumen publicado por la página web de haras La Quebrada detalla su historia:
“Porque la quebrada del nombre no hace referencia a la topografía de esas 400 hectáreas sino a un accidente que casi le cuesta la vida a su actual propietario.
Sucedió en 1945, cuando Hernán Rodolfo Ceriani Cernadas, entonces de 12 años, sufrió una caída mientras montaba una yegua: ésta cabeceó y le fracturó el seno maxilar derecho y la nariz al joven jinete que, inconsciente, al caer arrastró al animal, que se desplomó a su vez sobre el cuerpo del chico, provocándole otras múltiples lesiones en prácticamente medio cuerpo.
En una de las tantas operaciones que tuvo a lo largo del año de cama que le costó recuperarse, su padre, también llamado Hernán Ceriani Cernadas, que acababa de fundar un haras para el cual aún no tenía nombre, resolvió que el accidente merecía una suerte de homenaje. “Ya tenemos nombre del haras -decidió-. Se llamará La Quebrada”.
En realidad, el destino del haras más importante de los últimos 30 años del turf argentino se había escrito antes. Probablemente en el mismo momento en que Ceriani padre, nacido en 1909, se escapó por primera vez del pupilaje del Colegio del Salvador para ir a las carreras. Ya casado con Sara Roccatagliata y cuando trabajaba en la escribanía fundada por su tío en 1913 (que sigue funcionando en el mismo lugar, en pleno microcentro porteño) comenzó a actuar como propietario. Su stud se llamaba Pur Sang, sus colores eran chaquetilla plomo y banda y gorra bordó y sus primeras grandes alegrías se las dio un caballo llamado Beryl, cuyo peón, Tomás Arana, terminaría siendo uno de los grandes cuidadores de la Argentina. Esto sucedió a comienzos de los años 40 y fue el paso previo a la decisión de criar.
Que se hizo una realidad en el viejo casco de la estancia de Salvador del Carril, unas 20 manzanas ubicadas en Paso del Rey, partido de Moreno. “Mi padre siempre tuvo la inquietud de criar -recuerda hoy Ceriani Cernadas. En 1945 compró dos yeguas y un padrillo y empezó a despuntar el vicio. El padrillo era Malney hijo de Tresiete, un gran campeón. Al principio fue como un pasatiempo. Pero al poco tiempo, mi padre se dio cuenta de que Paso del Rey quedaba chico y compró 400 hectáreas en Pilar”. Eso ocurría en 1947. Los grandes haras de la Argentina eran Ojo de Agua, Chapadmalal, El Pelado, Argentino y Las Ortigas, y casi al mismo tiempo que La Quebrada nacían cabañas como El Turf, El Paraíso, Don Santiago, El Bagual y Los Prados, entre otros, que pujaban en los remates por las potrancas de aquellos haras hoy legendarios.
En 1973, el haras sufrió un golpe durísimo con la inesperada muerte de su fundador a la edad de 64 años. Incluso, hubo quienes se única hermana, Sara Ceriani Cernadas de Ferrer Reyes, quien de hecho fue su socia en el haras hasta 1991. El papel de su madre, Sara Roccatagliatta, fallecida en 1999, ya desde el principio había sido de una importancia vital debido a la colaboración que le prestaba a su marido. En palabras de Ceriani, “mi padre encontró en ella no sólo una compañera sino también un apoyo incondicional. Mi madre era una mujer de una enorme voluntad, inteligencia abnegación una persona de un orden extraordinario”.
En 1976, La Quebrada ganó su primera estadística, puntapié inicial de una serie con números tan impresionantes como los siguientes: en los últimos 29 años, el haras ganó 13 veces la estadística, otras ocho temporadas terminó en la segunda posición, cinco veces alcanzó el tercer puesto y otras dos en cuarto. El récord es ciertamente notable y lo sitúa en un lugar de privilegio sin discusión. A estos números basta agregarles que a finales de 2002 el haras llevaba ganados 158 grandes premios de G. 1 y ostentaba el mayor número de premios Pellegrini (el equivalente criollo al estadounidense Eclipse Award) recibidos por cualquier criador argentino, con nada menos que 44 trofeos.
Y en este récord mucho tiene que ver la actuación de un padrillo extraordinario: Southern Halo. Este zaino, nacido en los Estados Unidos en 1983, hijo de Halo y Northern Sea, ganador de cinco carreras en su país, triunfó en la estadística de padrillos en la Argentina ocho años consecutivos, desde 1994 hasta 2001, y es padre de más de 100 ganadores clásicos, 40 de ellos de Grupo 1”.
Este es el resumen de la historia de Hernán Ceriani y su haras La Quebrada, el cual felizmente para la hípica sudamericana no se termina con su muerte, dado que sus herederos ya estaban trabajando codo a codo junto a él, siendo hace años los encargados del fundo.
Según informó La Nación de Buenos Aires, “murió Hernán Ceriani Cernadas. Falleció el dirigente hípico, el criador, el propietario, el que hizo de su haras La Quebrada una marca registrada, un símbolo del elevage nacional.
Sólo la enfermedad pudo apartarlo de los hipódromos; desde hacía tiempo luchaba contra un cáncer de páncreas; últimamente le venía ganando por poco.
Fue Hernán Ceriani Cernadas un cabañero que tendía a la excelencia; un dueño que disfrutaba con ver correr a sus productos, con la camiseta roja y blanca de La Quebrada o la de sus clientes/amigos.
Hombre de opiniones propias, de firmes convicciones, Hernán era un turfman de los de antes en tiempos de los de ahora; siempre caballero, en el éxito o en la derrota.
Prismáticos colgando de su brazo derecho, el escribano, fallecido ayer a los 73 años, era hombre de tribuna; difícil verlo, pues, mirando un desarrollo bajo la pantalla de un televisor”.
1 comentario:
Desde aquí mi pesame a los familiares del Escribano Ceriani Cernadas, una persona con la que tuve la suerte de tener muchas charlas en mi época de propietario y aprender mucho de él, persona generosa que no dudaba en ayudar y aconsejar.
Estoy seguro que siempre donde haya carreras de caballos, donde haya pura sangres ahi estará el Escribano Ceriani
Dany (haras san juan)
Publicar un comentario