¿Cuál es el techo de Ricardinho?

El as de la fusta carioca vino a hacer historia acá y lo está logrando: el miércoles pasado en Sani concretó la hazaña de seis triunfos en fila, al ganar de la 5ta a la 10ma. Un verdadero lujo para los platenses ver en el Bosque a Ricardo, estrella del turf mundial. Un coloso y un caballero.

“Guardavidas de acuario, pintor de sócalos y bananita” fueron algunos de los apodos que acompañaron la infancia de Jorge Antonio Ricardo, de 45 años y con 1,61m “y medio” -que para él es cuestión de remarcar ese detalle con orgullo- “Ricardinho” es el rey absoluto del turf, no sólo brasileño sino en la américa latina toda y un hito dentro de la hípica mundial. Su postura, su clase, su naturalidad y soltura arriba del caballo hablan de un jinete excepcional, que traspasa fronteras y tiempos. En tanto que en el trato con la gente se muestra como una persona humilde, respetuosa, amable y predispuesto al diálogo alegre como buen carioca. Desde hace unos meses “Ricky”, como le dice el público platense, está entre nosotros para hacer historia y entrar en el libro de los récords ecúmenico porque eligió estas pistas para alcanzar el récord mundial de carreras ganadas.

“Ricardinho” está pasando un momento muy especial y él lo sabe. Hace un par de meses estaba treinta carreras detrás del canadiense Rusell Bazze, pero con el envión de estos últimos días -léase, las seis carreras ganadas el miércoles en San Isidro y el valor agregado de la central del jueves en el Bosque con Infi Sunshine- lo llevaron a colocarse muy cerca de la gloria, pero dejemos que él mismo no los cuente: “Con la victoria de recién con la yegua de Viviani, me coloqué a cinco triunfos del jockey canadiense”.

Y seguramente este fin de semana alcanzará el sitial más alto -por primera vez- y le contamos porque: Rusell Baze tuvo un accidente el fin de semana pasado en Golden State y permanece convaleciente. Hablando en criollo, no está corriendo y por ende no suma.

Ha nacido una rivalidad puramente profesional con Pablo Falero, ganador de las últimas estadísticas, de tal forma que el carioca ya le arrebató la punta, tanto en Palermo como en San Isidro y encima el oriental se fue de vacaciones. Jorge Ricardo desdramatiza el tema y nos cuenta: “No me obsesiona ganar la estadística y menos, la lucha con un gran profesional como lo es Falero, mi objetivo es el record mundial, si esa búsqueda me lleva a ser el mas ganador en un medio tan competitivo como en la Argentina, bienvenido sea”.

Hasta el jueves, el nombrado canadiense es dueño del récord ecuménico de carreras ganadas con la friolera de 9.590 victorias; mientras que Ricardo contabilizando el logro con la pesada Infi Sunshine se colocó a tan sólo cinco éxitos de empardar y a uno mas de pasar a ser el “king of the kings”. El lo sabe y lo palpita. Por ello renunció a las vacaciones, expresando: “Este año se presenta con mucho trabajo y por eso decidí no tomarme vacaciones, quizás pueda hacerlo en 2008”.

Sobre los seis triunfos en San Isidro, nos dice que “Ganar una carrera en este medio tan competitivo, con tan buenos látigos, ya es difícil, se imaginan lo que es vencer en seis. No es cosa de todos los días, pero hay reuniones que se pueden dar y el miércoles pasado, eso ocurrió”. A continuación, agregó que “en dos oportunidades en La Gavea (Brasil) gané siete cotejos en un día y aquí, dos veces pegué quintuplete, uno en Palermo y otro en San Isidro”.

Es recibido con vítores y reverencias en cualquier hipódromo del mundo. Y no es para menos. A fin de cuentas, Jorge Ricardo es el poseedor del récord sudamericano de carreras ganadas, y segundo en la historia del turf mundial. Este año, dejó en el olvido el record que ostentaba el gran jinete Laffitt Pincay Jr., actualmente retirado, con 9531 éxitos.

Logró mas de 25 estadísticas llenas de gloria, siempre mantenidas por su gran pasión, coraje y voluntad. En 1982 dio el gran salto y se quedó con el puesto definitivo que lo acompañaría todos estos años: el de nº 1.

Otra de las metas principales del gran jinete, además de obtener estadísticas, era ganar el Gran Premio Brasil (equivalente a nuestro Pellegrini) algo que logró en dos oportunidades, con Falcon Jet en 1992, y con el fenomenal Much Better, en 1994.

Pero lo que no se imaginó fue superar la barrera de los 9000 triunfos: “Seré sincero, nunca esperé llegar a esa marca. Quiero dejar en claro que cuando uno ingresa a cualquier profesión desea alcanzar la cumbre haciendo todo de la mejor forma posible. Siempre se piensa en vencer y progresar para intentar obtener un estandar de vida superior Eso lo reconforta a uno anímicamente” asegura, demostrando la filosofía que lo empujo al éxito durante tantos años.

Pero en 30 años de carrera, no todos los dias fueron de gloria. Ricardo no olvida aquella carrera en que el caballo que conducía rodó, lanzándolo violentamente contra una red de alambre que había próximo a la pista. Ricardinho entró en desesperación al ver su brazo izquierdo cubierto de sangre. “Me dieron varios puntos, y el médico me dijo que no me rompi el tendón por poco. Habría sido el fin de mi carrera”, rememora enseñando a la vez su profunda cicatriz. Igual, la saco barata.

Sobre la hípica argentina nos dice que “siempre me gustó y la gente me trata con mucho cariño, por eso no dudé venir cuando me contrató el stud Rubio B como monta exclusiva por seis meses, y concluído dicho periodo pude correrle a otras caballerizas, contunuando mi actividad acá”.

Nos cuenta que “La Gavea es el hipódromo en que me siento más cómodo y acá en San Isidro, porque la recta es bien larga y ancha. En La Plata me siento más complicado porque el derecho es muy corto, pero igual me las ingenio. Precisamente de nuestra ciudad dice que “la recorrió muy poco”, pero reconoce que “es tranquila y con mucha juventud en su calles,por su característica de ciudad universitaria”. Recuerda que aquí ganó un Latinoamericano a principios de los 90 y que en el 2001 lo contratò el “Mago” Yalet para que corriera un ejemplar del stud Las Telas con el que ganó.

Admite que lo más difícil para él es mantenerse en el peso ideal, por más que no tenga una tendencia a engordar.